L’advocat valencià, Joaquín Ignacio García Cervera, ha pres possessió com a nou membre de número de la Reial Acadèmia Valenciana de Jurisprudència i Legislació, (RAVJL), mitjançant la celebració d’un acte de solemne que va tindre lloc en la Sala d’actes de l’Il·lustre Col·legi d’Advocats de València (ICAV).
La cerimònia va ser conduïda per la presidenta de l’Acadèmia i degana de l’ICAV, Auxiliadora Borja, qui va rebre a la nova incorporació, al costat de la resta de membres de la institució. García Cervera, va estar apadrinat pels acadèmics, Miguel Guillot i Rafael Fernández. La presidenta va ser l’encarregada d’imposar-li la medalla i fer-li lliurament del diploma, després de la qual cosa el nou acadèmic va pronunciar el seu discurs titulat ‘Particularitats de la figura del comptador partidor designat pel jutjat. Contradiccions i propostes de solucions’.
Permíteme, compañera,
y déjame, compañero,
que en el vano de la puerta
de tu despacho incipiente,
me atreva a ser consejero
dándote una voz de alerta
deja, al menos que lo intente.
Acabas de comenzar
una noble profesión,
apasionante y gloriosa,
y en ella vas a encontrar
intereses y pasión,
agresividad dolosa,
hipocresía, doblez,
temor frente a valentía,
‑ en dura dicotomía ‑
desprendimiento, avidez.
Pues la humana condición
es de tal naturaleza,
que o desciende a la bajeza
o sube como un halcón.
Ahora tienes que elegir
la senda de tu futuro.
Si lo quieres ruin y oscuro
o estás dispuesto a servir
a la verdad con valor,
en el correcto ejercicio
de un quehacer hecho servicio,
con diligencia y honor.
Y si ya has decidido,
compañero o compañera,
enarbolar la bandera
del esfuerzo compartido
en favor de la Justicia,
bien venido a nuestro predio.
Yo quisiera darte el medio
y completar tu pericia
para ese duro quehacer
que complicado ya entiendes,
cuando tu mirada enciendes
al comenzar a ejercer.
Déjame que te aconseje
antes de empezar tu lucha,
para que el temor se aleje.
Déjame y ahora escucha:
Ama a tu profesión.
Con calor, ávidamente.
Antes de fallar, detente.
Cultiva tu vocación.
Y cuando sientas adentro
un profundo escalofrío
ante la desigualdad,
ve decidido a su encuentro
y opón con todo tu brío
frente a ella, la equidad.
Y si llegas a sentir
en el fondo de tu entraña
el temblor de la inquietud,
por no poder impedir
el triunfo de la patraña
del mal y la ineptitud,
estás en el buen camino.
Reacciona y no abandones,
que lo merece la empresa.
Combate con furia y tino,
que son fuertes tus razones
pues la verdad siempre pesa.
Si sobre estas premisas
te lanzas al porvenir
no es difícil predecir
que si caminas sin prisas,
siendo fiel al juramento
o a la promesa que hiciste,
verás que el Derecho existe
y es el mejor instrumento
de apacible convivencia
para la comunidad,
pues sin él no hay sociedad
sino apenas coexistencia.
Es una hermosa labor
la que la toga te impone
y por eso te propone
que la cumplas con honor.
Estás en tu madrugada.
Frente al sol y cara al viento.
Este es el mejor momento
para iniciar la escalada.
Comienza tu primer día
salvando cualquier repecho.
Ara y siembra tu barbecho
sin temor a la sequía,
que si sigues en la brecha
sin mostrarte vacilante
yo te auguro una cosecha
cuantiosa y gratificante.
Y cuando te llegue el día
en que sientas que le has dado
este sentido a tu vida,
grita al mundo tu alegría.
Proclama que has encontrado
la más honrosa salida
a un difícil cometido,
y apenas con el pertrecho
de una leve fantasía,
– quizá sin darte tú cuenta –
con tal sutil herramienta
notarás que has convertido
la Poesía en Derecho
o el Derecho en Poesía.